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viernes, 29 de abril de 2011

Antonio Arroyo Silva

Datos biográficos: Nacido en Santa Cruz de La Palma,  Canarias, España, en 1957. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de la Laguna y profesor de Lengua y Literatura Castellana. Ha sido colaborador de revistas en papel, como Artymaña, La Menstrua Alba (de Canarias), Zurgai (de Bilbao) y de revistas digitales como la de la Sociedad de Escritores de Chile, Cinosargo, la Antología de Poesía Poetas para el Siglo XXI y Poesía Solidaria  de Fernando Sabido. Colaborador de la prensa local, sobre todo en Diario de Avisos y La Laguna Mensual.
Ha publicado tres libros de poemas: Las metamorfosis (Revista Azul, Cabildo Insular de La Palma, 1991)  Esquina Paradise (El Vigía Editora, 2008) y Caballo de la luz (El Vigía Editora, 2010). Ha participado en la antología de prosa poética Pincelada de relatos, publicado en la editorial Bubok en Barcelona por el grupo Órbita Literaria. También en Bubok, Un libro por Haití, editado por Teresa Delgado. En preparación, Antología de Miguel Hernández, en la editorial Lápiz-cero, con motivo de la celebración del centenario del poeta Miguel Hernández. En preparación tiene los siguientes poemarios: Symphonia, Marzo, Fila Cero, Poética de Esther Hughes y Casi luz.
Fue 2º premio en el concurso de poesía de Granadilla (Tenerife), en 1981.
Ha participado en el Festival Internacional de Poesía encuentro 3 Orillas (Tenerife 2009) y en el Homenaje de Poetas del Mundo a Miguel Hernández (junio de 2010).
Redactor de las revistas literarias Cinosargo (Chile) y Neotraba (Puebla, México).
Miembro de REMES.
Actualmente es vocal de la Asociación Canaria de  Escritores

 SU OBRA:



CASI LUZ




Farallón de farolas  Casi luz el ojo mudo
que no mira hasta el cielo porque otro cielo baja
a rozar cataratas

Casi luz pero nada casi nada
ni al principio acercarse de la lluvia
No mojarse en su llanto  no llegar del adiós
al chopoteo ausente en las charcas de la vida

Casi luz  Te has parado delante de tu sombra
a mirar el destello de ti mismo
y no eres aquél que vaciaba corazas
de cenizas ajenas  ni ese aquél silencioso
detrás de tus pestañas

No eres aquél que salía a soñar sin palabras
y encontraba la noche de sus palabras todas
Casi luz de clavarte los dientes en la encía
de astillarle la boca a la luz por querer encenderla
más allá del presagio

Ya no seas el árbol de mi sombra:
casi luz  casi vértigo pero nada que es todo
lo volátil lo inmerso en la carnaza azul
que brilla en el anzuelo
Ya no seas la hoja caída de mi otoño
ni el pájaro que enciende  el ojo de los peces
ni el pez que se apaga en los mares del cielo

Antonio Arroyo Silva


ZAPATO QUE NO CABE EN LA CALLE DEL VERSO




clavo en la suela pero tal vez el verso es el zapato
y decirlo el cristal  quiebre  el dedo del pie
zapatazo o certeza que no cabe en esa incertidumbre

pararse en lo descalzo de la noche el cordaje y el cuero
donde las piernas pliegan lo andado a lo pensado
y salirse del giro a llenar orfandades
el callo inquisitivo

Zapato desterrado a otro llano sin llamas
donde la muerte llega a buscar su pellejo
y encuentra las narices dispersas por la calle
al fémur adheridas como oliendo el vacío


Antonio Arroyo Silva

 



Para Leo Lobos



CUANDO UN ÁRBOL DERRAMA almendras amargas
al pie de la inocencia. Cuando no obstante un niño
no juega a que le llora el oro de su infancia
y se sienta al calor del tronco carcomido,
¿por qué entonces señala con el dedo
a un cielo tan lejano aun sabiéndose débil
y etéreo como el hilo cuando gira en la rueca?

Quizás la vida sangre plumas. Tal vez no encuentre
su vuelo de oropéndolas cruzando las preguntas
bajo la rama rota de cualquier aflicción,
pero se calla y cierra los ojos para ver
en la brizna absoluta que bulle en cada páramo
la luz que se derrama por la cara de asombro
del niño que se mece en el temblor del aire.

El árbol derramado llega al umbral de un niño
y vierte cada astilla en su sangre celeste.
¿Será un pájaro inmenso que juega a ser estrella
en la oquedad del bosque de este cuento de hadas?

Antonio Arroyo Silva

 

MIRO LAS NOCHES HUECAS.



Miro a los muros de las noches que tapian la ortiga.
Es brillo del betún en el calzado, noches bruñidas por la noche;
a veces, palpitaciones ocultas en  las guaguas;
a veces, los cristales cerrados por las trombas de lluvia.
No caigo de rodillas por la magia del hallazgo
sino  pierdo el goteo de los grifos abiertos.

¿Quién diría (quién al despertar)
que es inútil mirar aquello que nombramos,
quién lo diría si
detrás de las palabras hay una puerta esperando
a que la noche baje de su altura perenne?

Pero miro las noches como quien recoge
la cosecha de estrellas que enciende más allá
los vellocinos pálidos de carneros y astillas,
las luces olvidadas por el fulgor del alba.

A veces es mejor no suplantar las noches
por la oscura chincheta que nos cuelga
de un andamio a mirar la desazón más honda

A veces es mejor que se quede en las calles del cielo
como un perro que sabe de abandono y espera
la mirada sedienta.


Antonio Arroyo Silva

 

UN PAÍS PARA JÓVENES





que desean ser viejos resucitando rostros
quemando sus pestañas ante el postigo mágico
total para que el sueño no sea antesala de nada
total para restarle un segundo a Ciorán
y tirarse con él a esa eternidad del Sena
para ignorar el regreso que tanto le importaba a Allan Poe.

Esta finalidad de no tener sentido
el cadáver que asoma detrás de los pixeles
la sonrisa borrada  quizá puesta después
de estampar en blanco y negro el daguerrotipo
Todo ello guardado en el cielo de silicona
de un valle donde el lobo es un lobby
vestido de armadura tras las pecas ingenuas
y una clave apuntada al borde de un cuaderno

Un país de vetustos jóvenes conservados
en cera espiritosa con dioses disponibles
en la punta del dedo
País donde no fluyen los afluentes de Heráclito
donde el agua es distinta pero siempre la misma
con el hambre y la sed repintadas en la incierta bitácora
para seguir un viaje sin estrellas ni pájaros
País en el zapato de una alicia descalza
que besa a los profetas de las iniquidades

Oh madriguera estéril de un mar con cicatrices
Al despertar no esperes más vacío que el tuyo.

Antonio Arroyo Silva

3 comentarios:

  1. Bienvenido a este blog de escritores .Gracias por colaborar con estos maravilloso poemas.Gracias por la espera.

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  2. Geniales tus versos Antonio. Nos ilustras de una forma muy profunda, analítica y con dedicatorias maravillosas...
    Me gusta la forma como desribes.

    Abrazos desde Galicia.

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  3. Antonio maravillosos versos he leído en este espacio de blog compartiendo culturas.
    Bienvenido a esta tu casa de letras amiga.
    Un abrazo de MA.

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