Es muy sencillo. Mandame un email a poesia1963@gmail.com y será publicada tus poesías o tus relatos. Se admiten un máximo de dos trabajos siempre en formato word .No olvidar una fotografía del autor. Todos los trabajos aquí expuestos estan registrados los derechos de autor y expuestos bajo la autorización personal, así como las imagenes que son tomadas de la red siendo de la propiedad del autor. Administrador : Santiago Medina Carrillo. Fundado el 25 de Enero de 2011

lunes, 13 de febrero de 2012

Eduardo Sanguinetti



Nació en Buenos Aires. Este filósofo, poeta, artista, periodista, músico y filósofo argentino, ha incursionado de manera contundente en el pensamiento y la cultura de este tiempo, poniendo en juego algunosvalores, como aperturas, deviniendo sus operaciones en el arte y laescritura, en la aceptación o rechazo inmediato de sus acciones, en el espacio de la filosofía, la poesía, la ecología cultural, las artes visuales, la música, el cine, el teatro, y otras disciplinas asimilándolas a las denominadas sound-art y land art perfomances e instalaciones artísticas. Sus acciones comienzan a finales de la década del 70 y continúa hasta la actualidad. Precursor del minimalismo en América Latina, lo definió al mismo, como "lo máximo en lo mínimo".
 Jean Baudrillard lo considera el precursor indiscutido de la última vanguardia Latinoamericana. Ha publicado: "Morbi Dei" (prologado por el escritor Oscar Hermes Villordo), "Actividad Voluntaria de la Naturaleza","Alter Ego", "Territorio de pájaros", "Balada de la Vieja Nueva Ola para Héroes Solitarios", "El Pedestal Vacío", "CuCu-DoDo (Final en Forma Ordenada" y "Big Relato", este último prologado por Adolfo Bioy Casares.
Participó en calidad de actor en el film de Narcisa Hirsch: "La pasión según San Juan" 1993 en el papel de Jan, junto a Esther Goris y Pichón Baldinú, integrante y director de La Organización Negra y De La
Guarda.
La Performance realizada junto a la artista plástica argentina Marta Minujín denominada la Fiesta del Éxito 1981, donde presenta Eduardo Sanguinetti su coreografía "El Fracaso del Éxito", incorporando el body-art y la instalación de maniquíes, con la pieza "Rapsodia" de Rick Wakeman en teclados y Sanguinetti en piano acústico. La grabación del disco "Before and after Science" (1978) junto a Brian Eno,  el sonido de "Mañana en el Abasto" con letra de su amigo Luca Prodan y las performances en los más diversos sitios del planeta, museos, auditorios donde opera en música junto a artistas como Carlos Cutaia, Osvaldo Fatorusso, Fats Fernandez, Mono Fontana, con sus obras "Obstinato", Identi-kit", "Exit s-k" configuran una mirada innovadora en las artes, imitada por numerosos artistas de la época.  Ha escrito en interlineado con el trovador Facundo Cabral, presentes en el ensayo de Sanguinetti Alter Ego, titulado 'Diálogos', editado por Ediciones Corregidor, 1984.
Actualmente es editorialista del del diario La República del Uruguay. Su última acción, performativa, cual "soplo ecológico" la Instalación "Identi-kit: reportaje a la tierra (Entre el sortilegio y la Intención)" en sede del PSOE y  la creación y dirección de los foto-films:"Yellow Dream", "Exit s-k-", "Identi-kit" "Cest tout" . Su proclama a 'Los Indignados' es leída en las marchas y asentamientos de estos alrededor del mundo. Siguiendo su derrotero de poeta nómade sus aciones y manifiestos despiertan en las nuevas generaciones un referente ineludible y portentoso de una existencia en verdad y libertad.

Su obra :

Cu Cu - Do Do (Final en forma ordenada) 







Prólogo
Solo cuando uno se aburre de discurrir descansa un tiempo en una conclusión.
Han pasado quince años desde la intervención objeto de este libro y las notas a las que me obliga mirar ahora el texto, tienen la distancia como tema y como instrumento y su compendio encuentra una singular unidad, una fuerza de impacto que - pienso aún - es inseparable de los temas que aborda.

La historia no está en los libros, ni en los medios de comunicación, sino en nosotros que la vivimos y hacemos sólo a condición de soportarla. Los libros, medios de comunicación, sólo conservan el reflejo lejano y fugaz de eso que los hombres viven de muy cerca. Por lo mismo, desgraciadamente es esto lo que los torna imprescindibles. Ellos nos permiten observar fugazmente todo eso que nosotros somos, incluso nuestras miserias, me refiero a esos juicios de valor que alguna vez pronunciamos sobre los otros, tal vez con el único fin  de sentirnos diferentes. Cuando en verdad no somos más que una parte de eso mismo que repudiamos, el complemento de un sistema ciego y difuso, que nos incluye en el momento preciso que nosotros mismos entendemos abarcar una de sus partes.

En este sentido y en un país que transita una existencia hoy, sin filósofos, sin crítica ni teoría estética, sin prensa independiente, sin crítica intelectual ni confrontación real de las ideas, brevemente, en un país sin memoria, esta obra constituirá quizás un buen golpe constitutivo de discontinuidad.

Nadie ignora las dificultades a las que debemos enfrentarnos, cuando intentamos comunicar inquietudes, excitaciones, denunicas desde un medio abierto a otro cerrado, desde un ambiente "totalmente en movimiento" a otro "enteramente parado"...se sabe: basta mostrar un mínimo de entusiasmo o participación frente a un país "que simuladamente lo está poniendo todo en discusión", para que le caigan encima al intelectual destructor de absolutos y evidencias, las reacciones de la iracunda pereza, las ironías de la periferia que se toma por centro, los escarnios del escepticismo...Pero no nos engañemos, repensar  Argentina significa establecer un diálogo con la "falsa modestia", en fin, uno aprende a juzgarse ni tan ruda ni tan duramente, pero algo es cierto: los años han transcurrido y ya no es lo mismo para uno ni para las generaciones que nos siguen.¿El problema? Bien se trata de la conjugación, hoy más que nunca, de la filosofía, las ciencias, la estética, la "praxis científica", la "praxis del intelectual" y la denominada actualidad de hoy, con la ética y la política.

Debo volver sobre "CU CU - DO DO" y desde el privilegio que me otorga  la distancia, manifestar que he preferido conservar la transcripción original del texto, con su ritmo y alusiones particularmente excesivas, pero procurando hacer de este libro-experiencia, un espacio donde la lógica pierda su valor absoluto, donde el conocimiento haga renacer ignorancias, donde la duda impida fundar el tabú de la creencia, en fin un espacio donde no se imponga la autocomplascencia, ni se necesite de la disculpa, y sobre todo y ante todo rescatar un concepto: el recupero del proyecto moderno del arte ante la emergencia de la cultura disoluta que ha perdido su alma.

Capítulo I

Advertencia: Breve relato interrumpido


"No critiques lo que no comprendes hijo, nuca estuviste en el pellejo de ese hombre"Elvis Aaron Presley

Deseo hablar en estas páginas de cómo un hombre excepcionalmente dotado experimentó el derrumbe de todos los valores convencionales, un quiebre del que apenas se enteró, mucho después de que se produjera.

Por lo menos existe un punto de partida para intentar comprender este viraje en él siguiendo senderos esencialistas:"Siento..., pero no existo", nos dice expresamente en su ultimo libro.

El asunto que se plantea hoy es la búsqueda del porqué, donde estaba la fisura a través de la que su entusiasmo y vitalidad se habían dado a la fuga...con poesía, en un retorno al origen, su autoinmolación en un despojamiento del tiempo.

Si algún joven lector intentara tomar contacto con Él, para aprender a ser un cínico y escéptico intelectual, una víctima del sentido, que escribe acerca del agotamiento emocional que a menudo se apodera de ciertos adultos sensibles, acribillados por el milagro del recuerdo, comprobará que el estado natural del adulto inteligente y sensible es de una infelicidad específica.

Sus propios momentos de plenitud en el pasado, a menudo se aproximaban a algo así como un éxtasis que no podía compartir ni siquiera con el ser a la que más amaba, sino que tenía y debía agotarla caminando por tranquilas calles, y de esos momentos sólo quedaban fragmentos que destilar en las líneas de algún difuso poema.
No obstante trata de ser un animal correcto y si le tiran un hueso con bastante carne, hasta puede ser que les lama la mano.

"Era un hombre sin importancia colectiva, apenas un individuo".Louis Ferdinand Céline
En el reloj ha pasado la hora y apenas he abordado mi Tesis. Tengo alguna duda que esto sea de interés, pero si alguien quiere saber más, dígamelo, pero en voz baja, pues tengo la sensación de que alguien duerme profundamente.

Eduardo Sanguinetti


Balada de Sanguinetti


No deseo, ni quiero, que el Destino  me regale nada . Soy esencialmente destino y me llaman Sanguinetti.
Los hombres a quienes debía todo, los grandes espíritus de
quienes me alimentaba y nutría, a quienes tuve que rechazar para
afirmar mi propia fuerza, mi propia visión ¿acaso no eran como yo hombres que iban a la fuente? ¿No los animaba a todos ellos la idea que Sanguinetti proclamó una y otra vez: que el sol no envejecería nunca, ni la tierra se tornaría jamás estéril? ¿Acaso no eran, todos ellos, en su búsqueda de Dios, de esa "guía que falta dentro de los hombres", víctimas del Espíritu Santo y la sagrada contradicción? ¿Quiénes fueron mis predecesores? ¿Con quiénes reconoció estar en deuda, reiteradamente, antes de desenmascararlos? Con Doeblin y Joyce, desde luego, y con Nietzsche, y Whitman, y Dostoiewsky. Con todos los poetas de la vida, los místicos, que al censurar la civilización fueron quienes más aportaron al engaño de la civilización. Dostoiewsky tuvo una tremenda influencia sobre mi en mis inicios. De todos mis antecesores, incluido Jesús, el que me resultó más difícil de quitarme de encima, fue Dostoiewsky.

Siempre había considerado al sol como origen de la vida, y a la luna como símbolo del no-ser. La Vida y la Muerte: constantemente tuve ante mí estos dos polos, como un marinero. "Quien más se acerque al sol", decía, "será conductor, aristócrata de aristócratas. O quien, como Dostoiewsky, más se acerque a la luna de nuestro no-ser". Los intermedios no me interesaban, ni me interesan. "Pero el ser más poderoso", concluyo, "es aquel en camino hacia la floración todavía desconocida".

Veía al hombre como un fenómeno estacional, una luna creciente y menguante, una semilla brotada de la oscuridad original para volver a ella. La vida breve, transitoria, eternamente fija entre los dos polos del ser y el no-ser. Sin la guía, sin la revelación, no hay vida sino sacrificio a la existencia. Interpretaba la inmortalidad como ese deseo vano de existencia sin fin. Esta muerte viviente era para mi el Purgatorio en el cual el hombre lucha incesantemente. Por extraño que te parezca hoy y por suerte hoy no lo lamentas, la finalidad de la vida es vivir, y vivir significa estar consciente, gozosamente, sereno, divinamente consciente. En ese estado de conciencia divina, se canta; en ese reino el mundo existe como poema. Sin por qué ni por lo tanto, sin dirección, sin meta, sin lucha, sin evolución. Como al chino enigmático, lo arrebata a uno el espectáculo siempre cambiante de los fenómenos pasajeros.

Ése es el estado sublime a-moral, del artista, de quien vive sólo en el momento, el momento visionario de lucidez total, previsora: hoy-aquí, ya. Una cordura tan diáfana, tan álgida, que parece locura. Mediante la fuerza y el poder de la visión del artista, se destruye ese todo sintético que se llama el mundo. El artista nos devuelve un universo vital, que canta, vivo en todas sus partes.

En cierto modo, el artista siempre obra contra el movimiento tiempo-destino. Siempre es a-histórico. Aceptar el Tiempo absolutamente, en el sentido de que cualquiera sea la forma en que gire, es un rumbo; en el sentido de que un momento, todo momento, puede ser la totalidad; para el artista no hay más que presente, el eterno aquí y ahora. Y cuando logra establecer este criterio de experiencia apasionada, sólo entonces, afirma su calidad de hombre. Sólo entonces encarna su pauta de Hombre. Obediente a todo impulso, sin distinción de moral, ética, ley, costumbre, etc. Se abre a todas las influencias, todo lo nutre. Todo es jugo para él, hasta lo que no comprende; en particular lo que no comprende. Esa realidad final que el artista llega a admitir en 'recta final', es ese paraíso simbólico del vientre, ese "Oriente" que se aloja en algún punto entre conciencia e inconsciencia... la unión naturaleza-arte-vida-realidad. Se entierra en su tumba de poema para lograr esa inmortalidad que se le niega como ser corporal.

El poema es el sueño hecho carne, en dos sentidos: como obra de arte, y como vida, que es obra de arte. Cuando el hombre llega a ser plenamente consciente, desde su inconsciencia, de su fuerza, su rol, su destino, es poeta-artista-filósofo, y desiste de su lucha contra las realidades. Se convierte en traidor de la raza humana superándola. Se sienta en el escalón del vientre de su primera mujer con sus recuerdos de casta y sus anhelos incestuosos, negándose a circular. Vive cabalmente su sueño del Paraíso. Transmuta su experiencia de  vida en ecuaciones cósmicas. Desdeña el alfabeto corriente, que a lo sumo puede dar una gramática del pensamiento, y adopta el símbolo, la alegoría, el ideograma. Escribe en sánscrito. Crea un mundo imposible valiéndose de una lengua incomprensible, un engaño que encanta y esclaviza a los hombres. Su avidez de vida es tan tan voraz, que lo impulsa a deconstruirse una y otra vez. Muere muchas veces a fin de vivir innumerables vidas. Crea la leyenda de sí mismo, la mentira dentro de la cual se constituye en héroe y dios, la mentira por la cual cree triunfar sobre vida-espacio y tiempo.

En el caso de un hombre como yo, tan vapuleado por los enanos del entendimiento, nos hallamos ante alguien que exaltó la oscuridad, ante un hombre que encumbró al máximo esa fuente y manifestación de toda vida, el cuerpo. Todo esfuerzo por aclarar su doctrina implica una vuelta a los problemas eternos, fundamentales, que le hicieron frente, y una renovada lucha con ellos. Mi obra es enteramente símbolo y metáfora. El Fénix, la Corona, el Arcoiris, la Serpiente Emplumada, todos estos símbolos están centrados en la misma idea obsesiva: la resolución de dos opuestos en forma de misterio. Soy hombre de una idea: que la vida tiene una significación simbólica y concretamente onírica.

En mi elección del Arcoiris, por ejemplo, se manifiesta mi intento de exaltar la eterna esperanza del hombre, en la cual se apoya mi existencia. En todos sus símbolos, el Fénix y la Corona (Obras de los Ochenta) particularmente, pues estos fueron sus símbolos primeros y más eficaces, observamos que sólo estaba dando forma concreta a mi verdadera naturaleza nómade.  El firme sentido del destino, pues somos destino, se apoya en su conciencia de la meta, en esa aceptación de la meta, ese marchar hacia una fatalidad, igual a las fuerzas inescrutables que lo animan y lo empujan.
La historia toda es el testimonio del fracaso insigne del hombre en desbaratar su destino; dicho con otras palabras, el testimonio de los pocos hombres de destino que, por haber reconocido su papel simbólico, hicieron la historia. Todos los engaños y evasiones de que el hombre se ha alimentado -la civilización- son fruto del artista creador. La naturaleza creadora del hombre es la que se ha negado a dejarlo caer en esa unidad inconsciente con la vida que caracteriza al mundo animal del cual el hombre se ha zafado. Así como el hombre reconstruye las etapas de su evolución física en su vida embrionaria, así también, al ser lanzado fuera del vientre, repite, en el transcurso de su desarrollo de la niñez a la miserable vejez, el paradigma del ser atravesado por el milagro del recuerdo, elevado a símbolo.

Cuando ahondamos en las raíces de las transformaciones, mutaciones de hombres de otro tiempo, redescubrimos en su ser las diversas encarnaciones o aspectos de héroe con que el hombre siempre se ha representado a sí mismo: rey, guerrero, santo, mago, sacerdote, etc. El proceso es largo y tortuoso. Todo él es una conquista del miedo. La interrogación por qué lleva a la interrogación adónde y cómo. La huida es el deseo más profundo. Huida de la muerte, del terror innominado. Y la forma de huir de la muerte es huir de la vida. Paradójicamente, surge de la falta de fuerza, de la sensación de incapacidad para oponerse al destino.

Esto, entonces, es el Arcoiris, el puente que el hombre que se supera, tiende sobre el abismo de la realidad. El brillo del Arcoiris, la promesa que anuncia, es el reflejo de su creencia en la vida, su creencia en la redención, en ser redimido, la juventud, la virilidad, la energía sin fin. El ser que se eleva sobre la media, es el signo del Hado en sí, el signo mismo del destino. Porque cuando por vivir su lógica de sueño se realiza mediante la destrucción de su propio yo, está encarnando para la humanidad el drama de la vida individual que, para probarse y experimentarse, ha de admitir la disolución. Pero a fin de lograr su propósito, el ser elevado, está obligado a retirarse, a apartarse de la vida utilizando sólo la experiencia suficiente como para ofrecer el sabor de la lucha real. Si elige vivir anula su naturaleza propia. Tiene que vivir estoicamente. Para poder desempeñar así el monstruoso papel de vivir y morir incontables veces, según la medida de su capacidad para la vida.

Represento al hombre como un árbol sagrado de vida y muerte, y si además considero que ese árbol representa no solamente al hombre individual sino a todo un pueblo, a una cultura íntegra, tal vez empecemos a percibir la relación íntima entre la aparición del tipo de artista dionisiaco y el concepto del cuerpo sagrado.
Entonces los instintos vitales se convierten en instintos mortales. Lo que antes parecía todo libido, impulso incesante de creación, ahora se ve que encierra otro principio: la admisión de los instintos de muerte. Sólo en la cima de la expansión creadora llega a encarnarse. Siente las raíces profundas de su ser, en la tierra. Enraizado. La supremacía y la gloria y la magnificencia del cuerpo se afirman por fin con toda su energía. Sólo entonces asume el cuerpo su carácter sagrado, su verdadero papel. La triple división de cuerpo, mente, alma, se torna unidad, trinidad sagrada y trágicamente humana.

En las ramas más altas del árbol de la vida se rnarchita el pensamiento. La grandiosa florescencia espiritual en virtud de la cual el hombre se elevó a proporciones de dios, perdiendo así contacto con la realidad -porque él mismo era la realidad-, ese gran florecimiento de la Idea se convirtió entonces en una ignorancia que se expresa como el misterio del Soma. El pensamiento vuelve a recorrer el tronco de devosión hacia la tierra, que lo ha sostenido y, ahondando en las raíces mismas del ser, redescubre el enigma, cual metalenguaje que inhibe. Redescubre el parentesco entre la estrella, la bestia, el hombre, la flor, el insecto.Una vez en la cima, cuando se han sentido y percibido los límites, se revela la gran perspectiva y se reconoce la semejanza de los seres circundantes, la interrelación de todas las formas y leyes del ser -la afinidad orgánica, la totalidad, la unidad de la vida en su execrencia y su brillantez.

El árbol de la vida se torna así en árbol de la muerte. Pero es siempre el mismo árbol. Y de este árbol de la muerte es de donde ha de volver a surgir la vida, de donde la vida tiene que renacer. Lo cual, como lo atestiguan todos los mitos del árbol, es precisamente lo que ocurre. "Ese árbol se convierte en la madre tutelar, el árbol de la muerte y la vida, preñado.". En este punto del ciclo cultural de la historia es cuando tiene que aparecer la "transvaluación de todos los valores". Es la inversión de los valores "espirituales", de todo un completo de valores reinantes. El árbol de la vida conoce entonces su muerte. El arte dionisiaco de los éxtasis reafirman entontes sus derechos. Sobreviene el drama. Reaparece lo trágico. Es la conversación de ese mismo instinto vital que impulsó el árbol del hombre hasta su expresión plena. Es salvar al hombre del temor a la muerte para que pueda morir.

Avanzar hacia la muerte. No retroceder hacia el vientre. Salir de las arenas movedizas, del flujo estanco. Es el invierno de la vida, y nuestro drama consiste en alcanzar un espacio firme para que la vida pueda avanzar de nuevo. Pero ese espacio firme sólo puede procurarse sobre los cadáveres de quienes están deseosos de morir, de ya no ser..
No es desprecio lo que aflora en mi, simplemente "no creo".
Mis respetos.
Eduardo Sanguinetti

4 comentarios:

  1. Gracias por estar con nosotros y compartir tus trabajos.Bienvenido

    ResponderEliminar
  2. Estoy encantada de pasarme por aquí y leer cosas así. Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Bienvenido a esta casa de letras amiga.
    Un placer grato leer tu obras.

    Un abrazo bloguero de MA.

    El blog de MA.

    ResponderEliminar
  4. GRACIAS A USTEDES POR PUBLICAR ESTAS PALABRAS, QUE INTENTAN DECIR 'ALGO', SIEMPRE A FAVOR DE NUESTRA EXISTENCIA PERSONAL Y CULTURAL, EN TIEMPO DE POESÍA...EN UN MUNDO, DONDE YA NO HAY SITIO, PARA NINGUNA COMPROBACIÓN CIERTA DE NADA...MAS, RECUERDO UNA FRASE, CON LA QUE CIERRO MI PRIMER ENSAYO: "LA ILUSIÓN MIENTRAS DURA EN UNA REALIDAD POR DERECHO PROPIO".

    ResponderEliminar