Conchi Izquierdo Marcos

Escritora y poetisa nacida en Alicante. Desde muy joven ha publicado en diversos periódicos y revistas literarias. Ha formado parte de los grupos literarios "Frutos del Tiempo" y "Esencias", y ha participado en diferentes tertulias literarias. Actualmente es miembro de la asociación lírico-musical "Acordes" y ofrece recitales en diversos centros culturales de la provincia de Alicante y sus alrededores. También colabora en recitales poéticos colectivos, y publica sus poemas en las revistas literarias "Esencias", "El Crisol" y "Amanecer", entre otras. Ha editado dos poemarios titulados "Sentimientos" y "Si quieres encontrarme", y está trabajando en su nueva obra: un libro de relatos y poemas que muy pronto verá la luz.

Su obra :

EL MAR ENAMORADO

Olvida sobre la arena sus sandalias de cuero rojo,

y su vestido de lino recién planchado,

y camina presurosa hacia mis brazos.

Yo la recibo con un beso tímido de espuma.

Su cuerpo se sumerge lentamente

en la inmensidad de mis aguas,

hiriéndome de amor y de deseo.

Sus ojos se confunden con la noche estrellada,

su sonrisa, con la Luna llena.

Nos fundimos en un beso apasionado

de labios imposibles,

en un abrazo etéreo.

El tiempo se detiene.

Acaricio con mis dedos invisibles

cada milímetro de su piel desnuda.

Ella me susurra al oído con voz queda,

que siempre estaremos juntos.

Engarzo caracolas

en sus largos cabellos,

pulseras de corales en sus manos,

salpico de sal sus fabulosos senos,

y los cubro con mis más hermosas perlas.

Ella se tiende sobre mi lecho de agua,

y simplemente se deja amar.

Luego se marcha en silencio,

con los ojos repletos de nostalgia,

yo la sigo suplicante hasta la orilla,

hasta que  deja de llorar y me promete,

que volverá mañana.

Conchi Izquierdo.

¿CÓMO QUIERES QUE TE OLVIDE?

 

 

¿Cómo quieres que te olvide, amor?

no debiste acostumbrarme en tal medida,

al alegre tintineo de tu risa,

ni al latido de tu infame corazón.

No debiste hacerme adicta tus caricias,

ni jurarme que por siempre me amarías,

con el eco susurrante de tu voz.

Solo miel bebí en tus labios,

cuando un mar inagotable de deseo,

nos mecía entre sus brazos.

Solo azul fue nuestro cielo,

cuando el sol de la mañana sorprendía,

enlazados nuestros cuerpos.

Solo amor vi en tu mirada,

solo ternura en tus manos

si las mías confortabas.

¿Cómo adivinar tu juego,

si al marcharte silenciabas

mis dudas con un te quiero?

Hoy tus labios son el néctar de otros labios,

y otra piel por tus caricias desespera,

mas las huellas que en mi cuerpo has olvidado,

solo a mí me pertenecen y no a ella.

No me pidas que te olvide, no podría,

mi corazón sigue esperando tu regreso,

y lo debo conformar día tras día,

con lo poco que me queda: tu recuerdo.

Conchi Izquierdo.